Al llegar a Cedros del Líbano, campamento de Pinar del Río, después
de algunas trabas y a pesar de las inclemencias del tiempo, pero
confiando en nuestro Dios, teníamos expectativas y deseos de que Dios
ministrara a nuestras cansadas vidas y así fue como muchos jóvenes
hallaron descanso en la Presencia del Señor, realmente hemos vivido
un avivamiento que empezó desde la noche del día 27/08/2012 día que
llegamos y que tuvimos el primer servicio, pero que ya estaba en la
mente de Dios desde antes de la fundación del mundo.
El Señor nos
visitó con su Presencia, que dejo a jóvenes y hermanos adultos que
estaban en el lugar mucho mas enamorados de El y anhelando mucho mas
para los próximos días que nos restaban en el campamento. A los que
tenían tales anhelos Dios los llenó de su Presencia durante los
próximos 3 días donde se sintió la presencia del Espíritu Santo por
medio de profecías y manifestaciones poderosas en las vidas que
estaban en aquel lugar. Nos visitaron unos hermanos extranjeros de
diferentes nacionalidades, pero que residen en Estados Unidos,
misioneros, estos hombres llenos de fe y de la Presencia de Dios
impactaron nuestras vidas con cada mensaje predicado, con su amor
hacia Dios, hacia los hermanos y con las ministraciones, donde
fuimos testigos todos del Poder de Dios y de la Realidad de la Vida de
Dios en estos misioneros. Durante estos 4 días tuvimos gloriosos
cultos, estos siervos que nos visitaban estuvieron a cargo de juegos
de participación con los jóvenes a la hora de la recreación, que
consistían en preguntas bíblicas entre equipos y juegos deportivos a
fin de edificar y confraternizar con los jóvenes. Igualmente
disfrutamos del bello paisaje, y de algunos animales que andaban
libremente por el lugar que todo en conjunto hacia que nos sintiéramos
en un ambiente de armonía y de paz. En este retiro con Dios pudimos
sentir su Presencia en cada instante, los hermanos llegaban impactados
a sus dormitorios y aun allí seguían hablando y alentando a otros con
Palabras de Dios. Durante los servicios muchas vidas fueron
restauradas al encontrarse con su Padre Celestial, el único que puede
hablar a nuestro corazón y restaurarlo. Con esta sita divina podemos
decir que el Padre nos ha llevado a un nivel espiritual superior,
nosotros no podemos decir que hemos quedado iguales al tener tal
encuentro con el Espíritu Santo, muchos están ahora llenos del Poder
de Dios y es muy difícil ser los mismos o dejar de hablar de las
maravillas que Dios ha hecho en nuestras vidas.
Elizabeth Torres, grupo de panderos y danzas nos testifica que:
Hace algunas semanas fue el campamento en Pinar del Río. Tremenda bendición, he vivido experiencias preciosas. En el campamento ministraron 6 extranjeros, ellos tenían algo muy especial de parte de Dios, eran 5 hombres y una mujer, todos están ungidos por el Espíritu Santo, el Señor los usó grandemente. Desde el primer día en el culto nada más que entré al templo sentí la presencia de Dios. En las predicaciones tu estabas sentado en el banco y sentías como Dios te hablaba directamente al corazón, las personas comenzaban a hablar en lenguas, otros llorando tocados por el Espíritu. Todo fue con orden. En la alabanza el Señor también se movió, en un culto había dos jóvenes que cayeron endemoniadas porque no soportaron la presencia de Dios cuando comenzamos a danzar. Todos los que fuimos recibimos mucho. Todos los cultos fueron diferentes, el Señor no se movió de la misma forma, pero en todos fuimos tocados por su Espíritu, su presencia fue palpable, real para todos los que estábamos en ese lugar. Aún muchachos convertidos recientemente testificaba de lo que Dios estaba haciendo en su vida. Cada culto fue especial, lo mismo los de la mañana que los de la noche. Pude sentir lo que es el peso de la gloria de Dios, había momentos en que no podía estar de pie, tenía que postrarme o sentarme. En varias ocasiones me impusieron las manos y caí para el suelo. El Señor me bendijo con profecías a través de varios ministros, una estaba ligada a la otra. Fue muy lindo ver como para Dios tenía valor mi esfuerzo. No es en vano que busquemos su rostro aunque no sintamos nada. No se como explicarte pero algo ocurrió en esos días. Estoy segura que de hoy en adelante testificaré de lo que el Señor estará haciendo en mi vida. No tengo palabras para explicarte todo lo que el Señor hizo en esos días.
Daniel Calzado Aldana, músico adorador, nos testifica que:
Antes que nada, quisiera darle gracias a Dios porque El es fiel y sus misericordias son nuevas cada día, quisiera darle gracias porque aún cuando nosotros le somos infieles, él se deleita en agradarnos porque nos ama con perfecto amor. En los cinco días que estuve en el campamento "Cedros del Líbano", pude ver y confirmar el gran amor de Dios para con mi vida. Cada día Dios mostró su Poder en medio de su pueblo y cada vez con más intensidad. Personalmente yo experimenté algo nuevo en mi vida de parte de Dios, él habló a mi vida como nunca antes había hablado. Se que Dios me llevó a una nueva dimensión, me dio fuerzas para seguir la carrera que me llevará a la vida eterna. Pude sentir su amor, pude sentir su ayuda, y algo que nunca me había pasado, y es que en cada hermano que me abrazaba yo sentía el amor tan grande de nuestro Dios, de tal forma que lloraba y mi vida se quebrantaba porque solo Dios puede amaros así. No merecemos su amor pero El nos ama y nos amará por siempre. Todos los hermanos se comportaron muy bien, buscando de Dios siempre; nos divertimos mucho en cada juego que hacían por la tarde, a la verdad que es muy bueno confraternizar con otros jóvenes. Conocí a muchos y me sentí muy bien compartiendo con ellos. Los hermanos extranjeros que vinieron a ministrar fueron muy usados por Dios, se hicieron parte de nosotros y nos ayudaron en todo tiempo, sinceramente encontramos una buena amistad en ellos. Yo me alegraba viendo como otros recibían de Dios, me sentía como en casa. Se que todos los jóvenes que fueron sintieron grandes cosas de parte de Dios al igual que yo. Regresamos muy contentos, porque Jehová Rey de reyes trató con cada uno de nosotros para que seamos de bendición a otros y hablemos sobre sus maravillas a la gente. Por último quisiera terminar agradeciendo a Dios nuevamente porque El derramó su bendición sobre cada uno de nuestros renuevos.
Jorge Ángel Domínguez Fernández, grupo de banderas y danzas nos testifica que:
Dios me permitió asistir al campamento de jóvenes en la provincia de Pinar del Río por lo que le doy gracias, hacía cinco años que no asistía a ellos por problemas de estudio. Les testifico que cuando llegué al campamento me sentía algo desanimado, pero cuando llegó la hora de asistir al templo pude sentir una presencia de Dios tan grande que no había sentido jamás en los cinco campamentos a los cuales había asistido en Villa Clara. La palabra de Dios tocó mi corazón y Dios habló mucho a mi vida mediante los siervos que estuvieron allí de visita. Testifico que fue el mejor campamento al que he asistido pues sentí la Presencia de Dios de manera extraordinaria en mi vida como nunca había sentido.
Yaneris Duran, grupo de panderos y danzas nos testifica que:
Comenzaré diciéndoles queridos hermanos, que el campamento de jóvenes fue un retiro espiritual. El Señor se movió de forma poderosa. El Espíritu Santo de Dios verdaderamente hizo lo que quiso. El lugar se llenó de la Gloria de Dios, tal fue así, que unos a otros nos abrazábamos sin ni siquiera conocernos, profetizábamos de parte de Dios, nos dábamos palabras de aliento. Todos éramos uno, un solo cuerpo unidos por el Espíritu Santo. No solo fuimos los jóvenes a este Glorioso campamento, sino que también asistieron allí un equipo de misioneros de EUA aunque sus nacionalidades eran diversas, como Venezuela, Puerto Rico, entre otras, ellos nos ministraron cada día lo que Dios tenía, lo hicieron con mucho amor y entrega. El Señor se movió de forma indescriptible, nos quedamos sin palabra ante la manifestación de la gloria de Dios, todos tuvimos experiencias gloriosas. En lo personal el Señor cambió mi manera de ver las cosas, derramó colirio sobre mis ojos y pude ver como El quiere que veamos ?con ojos espirituales?, hizo que mi vida diera un giro de 180 grados y que mi anhelo fuera en vez de caminar hacia delante, caminar hacia arriba, subir a las alturas, ser una mujer águila, que en vez de huir de los problemas, que los enfrente, que en vez de flaquear, se levanta más que vencedora. Además hizo de mí en este campamento una mujer nueva, más flexible, más humilde y con más amor de Cristo para dar.
Dios ministró a mi vida a través de un hermano de la iglesia de Santiago de las Vegas, el mismo tiene el ministerio de ayuda y el Señor puso en su corazón ayudarme a mí, lo que me impactó de forma poderosa, pues comprendí que el Señor tiene cuidado de mi y que aún en lo más mínimo tiene de mi misericordia, la ayuda se trataba de 5 CUC, cifra, cual yo necesitaba para pagar el préstamo que me hicieron para poder asistir al campamento y el Señor que conoce los deseos de nuestros corazones.
Y fue así hermanos, no solo el Señor suplió mis necesidades económicas, sino también espirituales y personales. Pude socializarme, fortalecer lazos de hermandad con antiguos y nuevos conocidos. El campamento no dio lugar al aburrimiento, pues durante el tiempo que duró, cada día, cada instante, cada hora teníamos algo que hacer, amigos que conocer, hermanos a quien ayudar, aun en los juegos vimos la mano de Dios, según he oído, en campamentos anteriores nunca antes se habían hecho juegos en equipos, si había recreación pero cada cual disponía de ese tiempo como bien le pareciera. Este campamento los lazos se hicieron mas fuertes, pues todos juntos jugaron, hicieron competencias y por supuesto ganó el Mejor. El equipo nuestro se llamaba Generación Santa y estaba compuesto por los jóvenes que asistieron de nuestra congregación, que eran 8, el equipo era de 15 personas, por lo que se sumaron 7 hermanos de otras congregaciones. Y los 15 como un equipo unido nos lanzamos a la competencia en la cual obtuvimos el 2do lugar, después de haber saboreado los primeros días el 1er lugar, digo esto porque la competencia duró 3 días, y 2 de ellos, nuestro equipo alcanzó el 1er lugar.
Los hermanos extranjeros, misioneros, estuvieron distribuidos por cada equipo, siendo ellos lideres, a nosotros nos tocó el hermano Franklin quien el Domingo antes del campamento estuvo ministrando en nuestra iglesia local, por lo que fue muy fácil y ameno interactuar con el ,que lo conocíamos un poquito. Por su parte el nos contaba que se había quedado impactado por la unidad y la coordinación además de disciplina de este equipo. El último día fue un día muy duro para el, pues hasta lloró, no quería despedirse y dijo que siempre nos llevaría en su corazón. Recuerdo un día, el nos pidió que orásemos por su familia, pues había dejado a su esposa e hijo en su país, pues estaba pasando un fenómeno natural, una tormenta, por ese país, un poco seria. Ese día oramos por su familia y porque Dios trajera consuelo a su vida, pudimos ver como al confiarnos esta petición su corazón se había apegado al nuestro, eso entre otras cosas, porque como líder de ese equipo fue amigo, un jefe y un compañero, todo ello al mismo tiempo, es una persona difícil de olvidar y para la Gloria de Dios espero que algún día el y su equipo de misionero vuelvan a Cuba y compartan de lo que Dios tiene para nuestro país.
Antes de irse el nos dejó una bendición, oró por nuestras vidas espirituales, para que el Señor nos abriera los ojos espirituales, que nos convirtiéramos en águilas y subiéramos a las alturas. Su bendición fue más valiosa que cualquier otro regalo. Por otra parte el lema del campamento era ?Derramaré mi bendición sobre tus Renuevos?, y si hermanos, el Espíritu Santo se derramó en ese lugar en gran manera.
Yosniel Soler Mendoza, Líder de alabanza iglesia Templo de Vida (Las Delicias)
Por mi parte les puedo testificar que no solo asistí a este campamento como reportero de esta maravillosa página web. Aunque solo pude estar en la tarde y en la noche del último día pude contemplar la realidad de todo lo que los hermanos anteriores a mí les han testificado. Lo primero que pude experimentar cuando llegué al campamento fue un asalto de los jóvenes que venían a contarme lo tremendo que había estado el campamento los días anteriores, había un brillo en los ojos de estos hermanos, un gozo, una vitalidad, que solo proviene del Señor. En el culto de la noche luego de haber ministrado con mi trompeta en la alabanza me dispuse a buscar mi bendición pues me dije que no me podía regresar como mismo llegué y pueden creerme que el Señor me bendijo con una palabra profética a través del hermano Franklin Quintero que era uno de los que nos estaba visitando. Esta palabra comencé a ver su cumplimiento al día siguiente al llegar a la Habana. Por esto puedo decir que fue de mucha bendición para mí este campamento. Dios les continúe bendiciendo.